Laura atravesó la cocina y salió al pequeño jardín.
Para ella la casita no era más que el estudio de su madre aunque muy en el fondo algo le decía que era un lugar especial. La hiedra y demás plantas trepadoras (cuyos nombres nunca tuvo mucho interés en recordar) formaban ya parte de la estructura de madera. Era un todo compacto con vida propia, por fuera y por dentro.
Laura entró sin más en la casita.
_ ¿Mamá?
Mamá estaba recogiendo sus utensilios de pintura.
_ Oui, chérie?_
Mamá no sólo era una artista bastante reputada, también era francesa. Algo muy cool para el resto de la humanidad pero una gran losa para Laura.
Para ella era sólo su madre, con todo lo que eso conlleva, la persona a la que más necesitarás y negarás en tu vida, la persona con más defectos y que más huella dejará en ti, amén de ser la culpable de todos tus males.
_ ¡Me ha vuelto a pasar! _ El tono de voz era tan suplicante que Mamá se giró por fin a mirarla.
_ ¿El qué?_ Como madre, no dudó en preocuparse, como persona racional sabía que su hija fluctuaba en los extremos y que vivía rodeada de debacles inexistentes.
_ He tenido otro lapsus.
_ ¿Cómo que un lapsus?
_ No recuerdo nada entre salir de casa y de repente estar mirando un cuadro.
_ A mi eso me pasa cuando salgo de copas_ Elena estaba plantada en la puerta escuchando la conversación. Laura la fusiló con la mirada más hiriente que pudo encontrar.
_ Elena, como madre no quiero saber esas cosas.
_ ¡Qué estoy aquí! _ Laura pujaba por la atención de su madre.
_ Y era bonito el cuadro?
_ ¡Mamá!
_ A lo mejor tiene que ver.
_ Pues no, no era bonito. Era un payaso _ Elena no pudo evitar una risita por lo bajini. Laura respiró hondo. Mamá intentó suavizar la situación.
_ Bueno, una cosa no quita la otra.
_ Mamá, que era un payaso! _
_ ¿Pero a ti qué te preocupa más, el dichoso lapsus o el payaso?_ Elena tenía prisa y quería zanjar la conversación lo antes posible.
_ ¿Es que no puedo hablar a solas con mamá?
_ No cuando tengo una mesa reservada.
_ Huy, perdona. Como puedo ser tan egoísta.
Mamá tenía que poner freno a la incipiente batalla.
_ Bon, Ça suffit, hein. On en reparlera plus tard. C’est promis._ Y Mamá le dio un beso a su pequeña dando por terminada la dicusión.