lunes, 31 de enero de 2011

Lapsus 18

A pesar de su pasado feminista (bueno, feminista sigue siendo aunque como siempre, todo a su manera), y como cualquier madre que se precie, Mamá buscaba en sus futuros yernos a salvadores en potencia de sus hijas. Gen atrofiado o herencia subconsciente el caso es que ahí está. Y aunque lo nieguen, en un mayor o menor nivel de conciencia no hay madre que no se pregunte qué habrá encontrado este chico tan majo en la loca de mi hija.

Mamá estaba encantada, un chico educado, culto, guapo y enamorado. Todo jugaba a favor de Pablo (y aunque no fuera así a Elena le hubiera importado bien poco).

Esperemos que la niña se porte bien con él. Otra frase negada por centenares de madres pero cierta.

Pero más encantada aún estaba Laura. Desde el primer momento en que le vio supo que Pablo sería su alma gemela. ¡Vale! Eso sólo pasa en las novelas que traduce Laura pero realmente ella se sintió así. No es que Laura se enamorara perdidamente, por lo menos no como lo entendería la mayoría de la gente. Se sintió como si alguien hubiera abierto una puerta de su zulo particular dejando entrar la luz y el oxigeno y le tendiera una mano.

Coup de foudre, flechazo cósmico o expectativas irracionales. Tanto da que da lo mismo. Laura estaba feliz. Por fin su hermana hacía algo bueno por ella, aunque ni siquiera lo supiera.

Lo más curioso fue cuando llegaron a casa tras la cena. Mamá no dejaba de hablar de lo guapo y atractivo que era Pablo. Pero Laura, por más esfuerzos que hiciera, ni siquiera recordaba de qué color tenía los ojos o el pelo, si era alto o gordo…

Sí, Pablo escuchaba y lo mejor, Laura se sentía escuchada.

_ Pues a mi me parece una idea estupenda.

_ ¿El qué?

_ Que escribas un diario_ Laura no daba crédito.

_ ¿Has tenido un mal día?¿Hay mucho ruido y no me has oído bien? ¿Te han abducido?

_ Mejor aún, un blog.

_ ¡QUÉÉÉÉ!!!!!!

_ En serio. Cada día un pensamiento.

_ Yo no pienso.

_ Pues algo que te haya pasado durante el día.

_ Nunca me pasa nada y si pasa lo olvido.

_ Vale, pues nada, era sólo una idea.

_ Una pésima idea.

¿Qué había pasado? ¿Pablo ya no la entendía? ¿O es que nunca la había entendido y era todo una farsa? Seguro que su hermana y él se reirían de ella esa noche. ¿O lo habían hecho desde el principio?

Laura caía en la decepción a la velocidad de la luz .

Si uno se fijaba con atención podía ver claramente como un velo caía por delante de sus ojos. Una especie de ala negra de plumas brillantes la separaba de repente de la realidad y una serie de sentimientos y emociones la inundaban en tropel. Eran sensaciones que conocía muy bien pero a las que no sabía poner nombre.

Todo lo que tiene nombre es clasificable, conocido, cercado, manipulado. El nombre es importante, sin él cualquier cosa deja de existir y peor aún , somos incapaces de controlarlo y termina dominándonos.

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