miércoles, 16 de febrero de 2011

Lapsus (19)

Es difícil luchar contra un enemigo que no reconocemos, es más fácil atacar su reflejo, su disfraz de realidad. Y para eso hay que nombrarlo.

O no. Qué más da conocer los nombres si no sabemos de qué hablamos, si no sabemos utilizar las palabras… Si no sabemos percibir ni experimentar lo que sentimos.

Sería un buen tema para el blog de Laura.

Claro que Laura no escribe ningún blog.

Paranoica. Paranoica es la palabra. Por lo menos la palabra que usan muchos para describir ciertos aspectos de Laura. A ella en cambio le gusta más denominarse hipersensible. (Bueno, en realidad no lo hace, ella es como es y no ha tenido la necesidad de buscarse un adjetivo, pero si lo hiciera, hipersensible se adecuaría más.)

_ ¡Será gilipollas!

Elena se ha acercado a Pablo abandonando una discusión que la estaba sacando de quicio.

_ ¿Quién?_ Pablo siempre pendiente y dispuesto.

_ Pues un imbécil que dice que soy lo menos parecido a un artista.

_¿Y eso qué quiere decir?

_ No lo sé pero cuando me han entrado ganas de partirle la cara he preferido no profundizar más en el tema.

Elena mira a su alrededor.

_ ¿Y mi hermana?

_ Entró en barrena. No sé si se ha ido o está por ahí escondida.

_ ¿Qué le has dicho?

_ Que escribiera un blog.

_ Ah, pues muy bien.

Muy bien, ¿qué? Muy bien que escribiera un blog, muy bien que se lo hubiera propuesto, muy bien pero me estoy poniendo celosa o muy bien pero me importa un bledo.

Pablo había aprendido a no hacer más preguntas de las necesarias. A veces los pensamientos tanto de Elena como de Laura se movían en unas frecuencias que distaban mucho de las de los demás. Para ellas cualquier cosa que saliera de sus bocas resultaba de lo más obvio, para los demás, un enrevesado mundo lleno de significados.

_ Muy bien , ¿qué?

¿Qué había pasado? ¿Sería el alcohol? Qué osadía.

_ Muy bien, nada. ¿Nos tomamos otra copa?

¿Tanto coraje para eso? En qué hora se le había ocurrido preguntar.

Ya en la barra, Elena reparó en el tipo del que había huido minutos antes. No podía oírle, pero sí podía ver como gesticulaba y se aferraba a sus argumentos sin permitir la más minima intrusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario